Gabriel Sopeña Genzor (Zaragoza,1962) es profesor titular de la Universidad de Zaragoza, de la que fue vicedecano entre 2012 y 2020. Ha publicado en torno a un centenar de ensayos, en libros y en revistas científicas nacionales e internacionales.
Como compositor, ha grabado discos, como solista —por último, Desiertos (2024)— y para numerosos artistas nacionales e internacionales. Ha musicalizado a más de cien poetas (por último: Su nombre era el de todas las mujeres (2011, sobre Luis Alberto de Cuenca) y Europa (2025, sobre Julio Martínez Mesanza). Ha compuesto para teatro (Misiles Melódicos, con José Sanchis Sinisterra, 2005) y cine (Las niñas, de Pilar Palomero; o La estrella azul).
Desde 2008 a 2015 dirigió y presentó la serie documental Música y Patrimonio; y, desde 2016 a 2019, el programa cultural Canal Saturno (ambos emitidos por Aragón TV).
Sus poemarios: Sortilegio del ruido (1984), La Noche del Becerro (1996), El Cantar de los Destierros (2000), Buen Tiempo para el Deshielo (2003), Máquina Fósil (2011), Cantar cuarenta (2024) y Dame una noche (2025).
Ha sido galardonado con tres Premios de la Música Aragonesa (2023 —por su trayectoria de 40 años en la música— y 2025: mejor producción y mejor solista) y con el Premio Artes y Letras de Heraldo de Aragón en 2024.
Fotografía @Gustaff Choos
CON- TEXTO:
«Gabriel Sopeña es un arsenal de ilusión: el hombre que tantos hombres es, un poeta que es a la par arqueólogo de paraísos enterrados, navegante de desiertos y cantante de rock and roll. Un poeta que canta a Gamoneda, Atxaga, Salinas, Pavese, Octavio Paz y Gil de Biedma, y otros muchos nombres, entre ellos Ánchel Conte, el etnógrafo de almas y paisajes que descubrió una lengua llena de ecos en las tierras de Aínsa. Gabriel Sopeña es un artífice de ritmos que siempre encuentra ecos de cumbia, de blues, de bolero, de salsa o de rock puro en un poema: así los convierte en oración, en reclamo de amante o en desgarrada queja. Y danza de los sentidos que celebra el viaje, la verbena, el misticismo, la belleza intemporal del puro decir del verso que se hace fábula del tiempo.
Escuchad al bardo. Mirad sus dedos que acarician la guitarra, ved sus ojos entrecerrados sobre la armónica, su entusiasmo de ángel. Una voz hecha jaguar de agua, un verso vuelto canción, cristal delicado que tiembla con su melodía de verdad, memoria y escalofrío.
Gabriel Sopeña sale al escenario».
Antón Castro. Escritor y crítico literario.
Premio Nacional de Periodismo Cultural 2013.
SI EL CONTEXTO NO NOS CABE ENTERO, VAMOS A PROBAR ASÍ:
«Gabriel Sopeña es un arsenal de ilusión: el hombre que tantos hombres es, un poeta que es a la par arqueólogo de paraísos enterrados, navegante de desiertos y cantante de rock and roll. Un poeta que canta a Gamoneda, Atxaga, Salinas, Pavese, Octavio Paz y Gil de Biedma, y otros muchos nombres, entre ellos Ánchel Conte […]. Gabriel Sopeña es un artífice de ritmos que siempre encuentra ecos de cumbia, de blues, de bolero, de salsa o de rock puro en un poema: así los convierte en oración, en reclamo de amante o en desgarrada queja. […]
Escuchad al bardo. Mirad sus dedos que acarician la guitarra, ved sus ojos entrecerrados sobre la armónica, su entusiasmo de ángel. Una voz hecha jaguar de agua, un verso vuelto canción, cristal delicado que tiembla con su melodía de verdad, memoria y escalofrío.
Gabriel Sopeña sale al escenario».
Antón Castro. Escritor y crítico literario.
Premio Nacional de Periodismo Cultural 2013.